Notas sin contexto


Puedo parecer orgullosa, quizá prepotente, pero eso es solo porque no dejó ver mis emociones, porque trato de ser objetiva, clara, directa.... No me gustan las cosas a medias ni las verdades edulcoradas. No me gusta fingir algo y pensar lo contrario. 

Por eso puedo parecer soberbia, pero soberbio es quien se cree superior, quien siempre se piensa dueño de la razón. Mi autoestima da fe de que, si algo me siento, es inferior, y casi siempre estoy segura de estar equivocada. 

He cambiado de ideas muchas veces, mis opiniones son de un día, a veces incluso de unas pocas horas... Lo que sí es duradero son mis sentimientos. 

Si te quiero, siempre te querré, aunque luego te odie. Parece difícil de creer, pero es cierto. Incluso a quien más daño me ha hecho en la vida, hay veces que le recuerdo con cariño. 

Momentos hay muchos, y los hay buenos y malos. Para mí las relaciones se rompen porque lo negativo pesa más, pero eso no quiere decir que lo positivo desaparezca. Porque los humanos fallamos, somos máquinas defectuosas. Un día malo, una idea tergiversada, una palabra dicha en el momento inoportuno... hacer daño a otros es lo más fácil que hay, y perdonar, lo más difícil.

Hoy te quiero, mañana, quién sabe... el "para siempre" es relativo, a veces dura un segundo y otras veces, toda la vida, aunque ese segundo puede llegar a marcarte tanto que te cambia por dentro.

Las cosas se terminan, pero yo siempre, siempre, siento la culpa que me corresponde. A veces más de la que me corresponde. Por eso odio cuando quien no me conoce de verdad me llama orgullosa, prepotente o soberbia. Más si ese alguien cree tener siempre la verdad absoluta, si ese alguien nunca se disculpa, si ese alguien me recrimina, me exige, me pide que tenga en cuenta sus sentimientos sin tener en cuenta los míos. 

Y sí, la culpa también es mía, pero he aprendido a quererme más y mejor desde mi última caída. Y volveré a caerme, pero no será hoy, ni contigo.

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